Era una tradición para mi hacer un regalo a cada asistente en el día del amigo invisible Liantil. El año pasado no pude, pero este si o si, quería hacerles de nuevo un regalo a cada una de las participantes.
Como en alguna ocasión anterior, pensé que la bordadora era una buena opción, algunas de mis compañeras no cosen mucho y una bolsa de labores siempre va bien aunque sea para nuestros Ufos, y por otro lado ellas saben que una de mis características es que me encantan los abrazos, el contacto con las personas que aprecio y quiero, los achuchones que resetean como dice alguna amiga a la que no veo tanto, esos estrujones que me dan ánimo y me hacen reír como dice alguna otra, y tantas y tantas frases que recibo cuando los doy, por todo eso y porque me gustan, pensé en esta frase que había visto en un cuadro, y con la ayuda de Raul la pasamos a la bordadora para coserla sobre la tela de las bolsas para llevar las labores.
Corté decenas de telas para exterior e interior, aproveche la tela de lino en crudo de las cortinas que acabo de cambiar para los interiores de muchas de ellas, y la que me había sobrado de las cortinas actuales que acabo de poner en gris, y programe la máquina para empezar, bastantes veces se atascó en los ojos porque tienen muchas puntadas una encima de otra, pero poco a poco con mucha paciencia y estando cerca para ir parándola, enebrándola, y cortando hilos, pude hacer tantas como necesité, incluso muchas de ellas con los colores o la tela que sabía les iba a gustar a cada una, o por lo menos lo intenté.
Os enseño un poco como fue el proceso y como quedaron.
Aquí os muestro solo algunas de ellas….
A m i me ha encantado hacerlas para mis compañeras, pero como siempre he hecho unas cuantas mas para regalar a otras amigas cuando las veo.